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YOGA, MEDITACIÓN, NATURALEZA Y SILENCIO

Yoga, Meditación, Naturaleza y Silencio

Y El Yoga es la base de toda nuestra práctica. Los âsanas nos obligan a conectar con nuestro cuerpo, a través del ritmo respiratorio y de la sensibilidad energética. Descubrir con el cultivo de la atención esos puntos que se resisten al fluir de la energía y respirar con una actitud de abandono, amable y reparadora. Es una especie de ascesis que busca la intensidad adecuada, sin forzar, para drenar las tensiones que están en nuestro cuerpo. El Maha Sâdhana que hacemos por las mañanas es una práctica que empieza con escucha y calentamiento y avanza con una serie global de âsanas con relajación, para abocarnos al prânâyâma y a la meditación, sin olvidarnos de dar una pincelada de filosofía en base a las tradiciones de trascendencia.

MLa meditación es un tiempo de siembra, hacer como el jardinero que planta semillas fecundas en tierra fértil. Y alguna de estas semillas tiene que ver con la compasión, poner una mirada esperanzadora en el desconsuelo ajeno, aunque tengamos primero que desarrollar la autocompasión misma. La simplicidad para encontrar la belleza en el arte de vivir, el cultivo de la bondad intrínseca ante la existencia y la comprensión profunda de que el espíritu baila gozosamente en el baile impermanente de cosas son nuestra mejores semillas de consciencia.También es un reto estar sentados y en quietud, sin reaccionar a ningún estímulo, sin atender a las listas de tareas, a la demanda social, y aprender como cualquier árbol a estar en quietud enraizados en el momento presente. 

N La naturaleza no está sólo ahí afuera, sino también aquí adentro. Somos naturaleza especializada. Nuestra piel y nuestra sangre son la tierra y los ríos que nos rodean. Estoy convencido de que este espíritu en acción que vemos en cada roca, flor y persona imprime un impulso evolutivo que se concreta en este anhelo de transcendencia que todos sentimos más o menos conscientemente. La meditación, en definitiva, es alinearse con este impulso, y ajustar, podríamos decir, la brújula de nuestro propósito de vida para caminar desde la fe y la confianza siguiendo la estela de nuestra intuición. Recordaba en una publicación anterior que la meditación es volver silenciosas las fronteras que nos separan.

S El silencio es una de las cosas que más rescato de un Encuentro de Yoga y Meditación es la posibilidad de estar en silencio, un silencio que a menudo es salvífico porque compensa el mundanal ruido donde estamos la mayoría del tiempo encadenados, pero también un silencio extraordinario que cuestiona, que indaga, que nos hace de espejo y nos pone delante de nuestras guerras internas para ganarlas. La meditación nos ayuda a destilar el tiempo, tiempo para estar, para sentir, para dejarse ser, en definitiva para contemplar el flujo, diríamos que infinito, de la vida, de esa vida que se nos escapa de tanta velocidad a la que vamos. 

*Cuatro elementos que nos urgen, el Yoga para purificar el cuerpo de tantas tensiones que somatizamos, la Meditación para indagar en lo esencial de nuestra propia naturaleza, el Silencio para acallar la dispersión de nuestra mente y la Naturaleza para integrarnos en un ritmo más natural desde una visión profunda de la belleza y la armonía.

Una práctica intensa nos empodera y nos permite destilar lo que es verdaderamente esencial de lo anecdótico, lo banal o el sinsentido. Descubrir, por ejemplo, que no hay otro tiempo que este ahora porque nada nos pertenece. Entonces refulge la vida, una vida que no es una pose inventada o mimetizada sino que rebosa autenticidad. 

Fin de semana:Pendiente de programar
Encuentro:Presencial, en plena naturaleza
Información:+34 650 221 551 / info@julianperagon.com