Para los orientales, especialmente hindúes y budistas, la flor de loto es un símbolo de pureza. Atraviesa tres dimensiones, el fango, el agua y el aire para abrirse, por fin, a la luz del sol. Viene de las entrañas del lodo pero su anhelo le hace trascender hasta mirar hacia el cielo. Es esa luz solar, podríamos decir esa luz del espíritu la que lo hace abrirse ya que en la oscuridad de la noche permanece cerrado en su interior. La belleza de sus pétalos, la pureza de su color parece remontarse por encima de la oscuridad del lago donde se inserta, de la misma manera que la pureza del sabio brilla por encima de todas las trifulcas mundanas pues no le afectan.

Surya, el dios del sol para los hindúes, lleva una flor de loto en cada mano, representando el sol al amanecer y el sol al atardecer, donde se vincula claramente la simbología solar con la flor. También el loto se asocia a la vagina, por su forma tal vez, por su suavidad y por tanto se utiliza como metáfora en el Tantra. Para el budismo el loto y el rayo, padma y vajra, son símbolos opuestos y complementarios de lo femenino y masculino, de la compasión y de la sabiduría, del corazón y la mente.

El loto de ocho pétalos simboliza en India las ocho direcciones cardinales, y por tanto, símbolo de la armonía cósmica. En cambio, el loto de mil pétalos representará la realización plena, la inmersión en el espíritu en el chakra Sahasrara.

Avatar del usuario

Antropólogo. Profesor de Meditación y Formador de profesores de la escuela Yoga Síntesis.

Related Posts

Leave a Reply