CENTAURO
La imagen mitológica del centauro en el que un ser mitad caballo, mitad humano dispara una flecha encendida al centro del universo, nos recuerda que somos cuerpo, mente y espíritu, y que estamos atravesados por el instinto, la razón y la intuición más excelsa. Ahora bien, este torbellino de vida moderna que no nos deja cuidar al animal interno y que lo somete a las correas de la represión enciende la rabia y el malestar interno. Y, por otro lado, esta apertura al cielo interior está cuarteada por tantos y tantos imponderables de una complejidad de vida que se nos escapa el silencio, la claridad y la serenidad interior. De ahí que en la meditación tengamos que coger aguja e hilo y empezar a coser laboriosamente esos rotos por donde se nos escapa la vida plena.
Om shanti. Julián Peragón